Actividades de verano en las diócesis

Este verano, además de los campamentos para niños y jóvenes, la Acción Católica General ha organizado distintas actividades para “todos los públicos” desde las diócesis.

CANARIAS

En Canarias se organizaba un encuentro de laicos de parroquia en el que participaban laicos y sacerdotes de Tenerife, Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria, de los tres sectores: Infancia, Juventud y Adultos.

ES LA HORA. ¡CAMINEMOS JUNTOS!

 

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En este encuentro presentado se trataron el Primer Anuncio, el acompañamiento, parroquias evangelizadoras, el liderazgo compartido... Y se presentó el nuevo proyecto de Primer Anuncio de ACG Cuatro40. También hubo momentos de compartir, oraciones y veladas, e incluso degustación de postres canarios.

 

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Sobre todo resonó una frase: “Quiero, ¿puedo?, ¿me acompañas?”

Como anecdota, una de las “cholas” que entregaron como recuerdo del encuentro fue llevada al Muro de las Lamentaciones de Jerusalén por una de las participantes, como símbolo de la llamada a salir y anunciar por todo el mundo. Lo podéis ver en este vídeo resumen:

 
 

MADRID

También la diócesis de Madrid organizaba su curso de verano en Benicasim, unas jornadas de formación en la que participaron adultos y también algunos jóvenes y familias.

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Las sesiones formativas se celebraban por la mañana, después de la Eucaristía, y por la tarde los participantes podían disfrutar de tiempo libre en la playa, la piscina, de excursión o compartiendo con otros.

TERUEL

Y la diócesis de Teruel, con mucha alegría e ilusión, volvió a organizar este verano unos Ejercicios Espirituales abiertos a todo el que quisiera participar durante unos días de un intenso encuentro con el Señor.

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Así nos lo cuentan:
“En el silencio y la oración contemplamos nuestra vida a través de las bienaventuranzas, ese camino a la “felicidad” que Jesús recorrió con su vida y que nos invita a transitar con la nuestra.
Hubo espacios de escucha, de oración, silencio y encuentro gozoso en las celebraciones comunitarias de la Eucaristía, que nos van a ayudar a vivir la verdad profunda de lo que cada uno y cada una somos, con nuestra fragilidades, pecados y limitaciones, pero sintiéndonos dichosas y bienaventuradas al sabernos amadas y amados por El, que nos ha metido en el cerco apretado de su abrazo, dejando que su mirada nos provoque y nos convoque a buscar juntos y juntas el Reino de Dios y su justicia.

 

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Hemos vivido estos días como un regalo, pero sobre todo como una llamada más fuerte e intensa a hacer vida en nosotras y en nuestras comunidades las bienaventuranzas.”

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